En música, la armonía es el uso de sonidos simultáneos, es
decir, dispuestos en acordes. Habiendo definido este asunto, el estudio de la
armonía implica comprender cómo están formados los acordes, cuáles son sus progresiones
y los principios de conexión que los gobiernan. A menudo se dice que la armonía
se trabaja "en vertical" en el pentagrama, mientras que la línea
melódica se trabaja "en horizontal". Si bien esta definición forma
parte de la teoría de la música común a todos los instrumentos, en guitarra hay
una particularidad: la ejecución voluntaria de sonidos armónicos.
Son sonidos que se ejecutan ya sea al ampliar la
vibración del sonido original o al evitar que la misma se propague. En ambos
casos se crea un “sobre tono”, es decir, un sonido secundario que suena al
unísono con el sonido principal y que guarda cierta armonía de acuerdo con las
leyes de la composición. Los armónicos que se tocan en guitarra eléctrica son
sonidos muy agudos. Estos sonidos tan agudos son imposibles de lograr por medio
de pisar las cuerdas en los trastes con la mano izquierda, y por eso es
necesario recurrir a cierta técnica.
Cuando una nota se toca normalmente en la guitarra, el oído tiende a oír la
frecuencia fundamental, es decir, la nota más prominente. Sin embargo, algunos
sonidos secundarios suenan junto con ésta. Estos le brindan sonoridad y calidez.
Este fenómeno físico del sonido se trata de una armonía natural, propia de cada
nota y de cada instrumento. Así, cuantos más armónicos suenen junto con la nota
principal, mejor será la calidad del instrumento y, en consecuencia, mejor será
la calidad de su sonido. Sin embargo, la producción de sonidos armónicos puede
producirse y amplificarse al ejecutar ciertas notas en la guitarra y gracias a ciertas
técnicas.
Tipos de armónicos.
Existen tres tipos de armónicos; los armónicos
naturales, los armónicos artificiales y los armónicos de pulgar. Los dos
primeros tipos son bastante fáciles de realizar, pero no es así el caso del
tercer tipo, el cual requiere unas cuantas horas de práctica para poder
ejecutarlo correctamente. Pero vamos por pasos, y el primer paso es aprender el
primer tipo de armónico.
Armónicos naturales: Para realizar este tipo de armónico
simplemente hemos de tocar muy ligeramente, prácticamente acariciando, con la yema
del dedo índice la cuerda sobre el traste deseado y hacer vibrar la cuerda. Recuerda
que debes tocar muy poco la cuerda. La yema del dedo debe acariciar la cuerda
suavemente, si la nota no suena es que estas apretando demasiado.
Armónicos artificiales: Dominando el uso de los armónicos naturales,
ya podemos realizar perfectamente armónicos artificiales. Primero hacemos sonar
la nota deseada y rápidamente con un dedo de tu mano derecha, o la que lleva la
púa, acaricias la cuerda doce trastes más arriba (una octava más aguda).
Armónicos con el pulgar: Este es el armónico más difícil de realizar,
pero también es el que nos da una sonoridad increíblemente espectacular. Como
su nombre indica el armónico es producido gracias a la participación de nuestro
dedo pulgar. Para realizarlo correctamente debes hacer que el dedo pulgar de tu
mano derecha toque la cuerda justo después de hacer sonar la nota.
Al principio notaras que cada vez que tu pulgar toca la cuerda, la nota simplemente no suena. Paciencia, con un poco (bastante) de práctica verás como al fin haces sonar el armónico. La espectacularidad de este armónico se realza todavía más cuando al realizar el armónico hacemos uso de la barra de vibrato.
Al principio notaras que cada vez que tu pulgar toca la cuerda, la nota simplemente no suena. Paciencia, con un poco (bastante) de práctica verás como al fin haces sonar el armónico. La espectacularidad de este armónico se realza todavía más cuando al realizar el armónico hacemos uso de la barra de vibrato.